Los niños son los principales protagonistas de las fiestas navideñas. Las luces, los regalos, las comidas todo les llama la atención. Con un año son demasiado pequeños para comprender la Navidad plenamente, pero no para disfrutarla. Descubre cómo hacer de estas fechas una feliz experiencia para tu hijo sin desbordarle.
Los niños son menos flexibles que los adultos y no tienen
nuestra capacidad de adaptación. Así que conviene tomar algunas precauciones.
Es
preferible que las celebraciones navideñas se hagan en nuestra casa, así el
pequeño no perderá de vista su entorno habitual que le da seguridad. Con un
año, los bebés ya echan de menos su ambiente.Si
la tradición familiar exige la celebración de las cenas en casa de
los abuelos o
de los tíos,
conviene buscarle un sitio, que puede ser en el suelo, cerca del sofá, donde
sentarle con una bolsa con juguetes
nuevos o que no haya visto desde hace un tiempo, para que esté entretenido.
Hay
que despejar el lugar de posibles peligros. Si es en casa ajena, habrá que
prevenir a nuestros anfitriones. Un niño de un año se dedica a patrullar en
busca de novedades. Cuidado con los objetos y alimentos que puedan producir
atragantamientos (peladillas, piezas pequeñas del belén...), con las copas de
alcohol, con las velas encendidas, con el acebo y el muérdago (son tóxicos),
con ciertos adornos navideños (bolas de cristal). Conviene situar el árbol de Navidad fuera de su alcance.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario