martes, 2 de diciembre de 2014

La primera Navidad como Padres


Los niños son los principales protagonistas de las fiestas navideñas. Las luces, los regalos, las comidas… todo les llama la atención. Con un año son demasiado pequeños para comprender la Navidad plenamente, pero no para disfrutarla. Descubre cómo hacer de estas fechas una feliz experiencia para tu hijo sin desbordarle.



Para que estos días se conserven en la memoria inconsciente del niño como un recuerdo agradable, conviene que los padres encontremos la forma de combinar las celebraciones de la Navidad en familia con el respeto a los ritmos propios de un niño de un año. ¡Aún es muy pequeño!
Los niños son menos flexibles que los adultos y no tienen nuestra capacidad de adaptación. Así que conviene tomar algunas precauciones.


Es preferible que las celebraciones navideñas se hagan en nuestra casa, así el pequeño no perderá de vista su entorno habitual que le da seguridad. Con un año, los bebés ya echan de menos su ambiente.Si la tradición familiar exige la celebración de las cenas en casa de los abuelos o de los tíos, conviene buscarle un sitio, que puede ser en el suelo, cerca del sofá, donde sentarle con una bolsa con juguetes nuevos o que no haya visto desde hace un tiempo, para que esté entretenido.
 Hay que despejar el lugar de posibles peligros. Si es en casa ajena, habrá que prevenir a nuestros anfitriones. Un niño de un año se dedica a patrullar en busca de novedades. Cuidado con los objetos y alimentos que puedan producir atragantamientos (peladillas, piezas pequeñas del belén...), con las copas de alcohol, con las velas encendidas, con el acebo y el muérdago (son tóxicos), con ciertos adornos navideños (bolas de cristal). Conviene situar el árbol de Navidad fuera de su alcance.



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